girwak

 Al cabo de un par de minutos, ya aparentando aburrimiento, miró hacia un costado y luego hacia otro. Tanto a un lado como al otro le llegaba la infinita visión de una ruta asfaltada, recta, monótona ¿El horizonte tendría final allí? Si miraba hacia delante o hacia atrás, lo único que podía ver era una estepa repleta de yuyos bajos y pardos, todos iguales entre sí. Tal vez un poco más allá de la eternidad, aquella especie de mancha amarronada, era una cordillera montañosa, pero El Deseo Repentino frunció más el ceño y se abraz&oacut